Vamos a inaugurar la columna de los miércoles. En parte porque este país de un domingo a otro pueden pasar tres presidentes (parece chiste, pero es anécdota). Pero, además, el devenir político de la Argentina nos obliga a dejar temas sin analizar, por eso es menester empezar a desandar el camino del “cómo estamos” y empezar a transitar el del “porqué estamos así”.

Si hacemos una rápida radiografía, el gran problema argentino está anclado a cuestiones culturales. Pero ahora le hemos sumado el grave problema educativo que tiene este país. Mucho más grave es cuando miramos hacia adelante para analizar las generaciones venideras, el 24,1% de los chicos entre 18 y 24 años, no estudia ni trabaja.

El kirchnerismo se jacta de haber creado 17 universidades, aunque en realidad son 15, porque dos ya estaban creadas, ellos sólo reemplazaron su decreto de creación por una ley y una resolución ministerial. ¿Esto solucionó la crisis educativa? ¿tenemos ahora más profesionales que antes? ¿coadyuvó a la movilidad social ascendente? La triste respuesta es no, no sólo no ayudó, sino que empeoró con respecto a hace una década.

En el año 2009, antes que el kirchnerismo empezara con la vorágine de crear universidades, el 27% de los ingresantes a la universidad se graduaban, hoy se gradúa apenas el 14%  . Es decir que crear más universidades no nos asegura tener más profesionales. Como abrir más escuelas no nos garantiza una mejor educación.

Entonces dónde está el secreto. La respuesta no es nada secreta, se trata de atender a las necesidades sociales y adaptar la educación a ellas. En medio de la vorágine comunicacional, de adolescentes cada vez más indisciplinados y dispersos decidimos relajar el sistema educativo.

El kirchnerismo desalentó cualquier sistema de premios o castigos entre los estudiantes. Lo importante era mantener a los chicos en las escuelas, así es como se erradicó la figura de la expulsión o las amonestaciones, gracias a esto hoy en La Plata un centenar de chicas deben convivir con dos personas acusadas de abuso sexual contra varias de sus compañeras. Todo se niveló para abajo, los que tenían problemas los potenciaron en la escuela y los que querían estudiar no recibían incentivos para hacerlo.

En Argentina creamos nuevas universidades públicas, pero las únicas matrículas que crecen son las de las universidades privadas. Es normal que así ocurra, en un país con una crisis económica como la nuestra, un estudiante universitario no puede trabajar. Nadie que curse dos horas por la mañana, una por la tarde y en distintos horarios cada día de la semana puede adaptar sus horarios laborales a los caprichos de los docentes universitarios.

Por eso motivo se eligen las universidades privadas, que además de horarios fijos, en un solo turno, tienen una alternativa de cursado virtual. Eso es adaptar las instituciones educativas a las necesidades sociales. Hoy los alumnos de las universidades públicas se adaptan a los horarios que más le conviene a los docentes. Como era obvio la crisis empujó a los alumnos a elegir llevar el pan a casa hoy, antes que un título universitario mañana.

¿Qué se está haciendo en Jujuy para superar esta crisis? Construir escuelas, este año estarán terminadas 70 nuevas instituciones. Pero claro ¿construir significa educar? Por supuesto que no. Por eso se construye las escuelas desde la digitalización. Todas las instituciones educativas deben tener internet antes de fin de año, al menos eso exigió el Gobernador. Porque la conectividad no sólo sirve para que los chicos suban fotos a Instagram, la idea es enseñarle a los chicos que un teléfono celular es una fuente de aprendizaje inimaginable.

La idea del Ministerio de Educación es que los chicos salgan de las escuelas jujeñas con una formación digital media o avanzada, que le sirva como una herramienta para su presente y como un aliciente para aprender más en el futuro. Un chico con las nociones básicas de programación y desarrollo es alguien que puede desenvolverse en casi cualquier empresa de la actualidad.

Esta iniciativa por si sola es capaz de cambiar para siempre la realidad jujeña. Pero el Gobierno decidió no quedarse ahí y avanzó sobre la educación técnica a nivel universitario. Lanzó el proyecto “La Universidad del Trabajo”, una suerte de escuela de oficios de nivel superior, que será única en su tipo y permitirá cursar carreras cortas con una pronta y eficaz salida laboral.

Pero no es sólo eso. Esta Universidad convertirá a Jujuy en un lugar sumamente atractivo para invertir. Porque se podrá agregar carrera de acuerdo a las necesidades de las empresas que se asienten en una provincia. Siempre una automotriz preferirá asentarse donde hay varios técnicos mecánicos y con una formación superior a la que ofrece cualquier secundario.

Lo mejor de estos proyectos es que la educación es el principal motor de la movilidad social. Para crecer y salir de la crisis que hoy vive nuestro país, es menester mejorar la calidad y la cualidad de nuestras instituciones educativas. Lo más valorable del Gobierno actual, es que ningún funcionario actual verá, desde un cargo público, los frutos de lo que hoy están sembrando, esta revolución educativa no se hizo para ganar una elección, sino para apuntalar las bases de un Jujuy mejor para todos.