El despacho de Alberto está impecable, todos los papeles acomodados, cada lapicera en su lugar, el mandatario está aseado, impecablemente peinado y con un leve aroma a una colonia que Fabiola le regaló hace unos meses. Está listo para que Luana Volnovich entre a retarlo y a decirle que ella y su novio se van de vacaciones si se les da la gana y dejan el PAMI acéfalo cuantas veces quieran porque ya le pidieron permiso a Cristina.

Alberto acepta cabizbajo lo que todos ya sabíamos, desde que juró hace dos años, Alberto es un expresidente. Lo poco, poquísimo, que él hace bien lo dinamita el kirchnerismo. La reunión con la oposición dinamitada por los ministros que decidieron visitar una delincuente condenada en Jujuy, la negociación con el Fondo dinamitada por las cartitas del Cristina Kirchner, el orden en las cuentas dinamitado por el despilfarro camporista y la voracidad de la provincia de Buenos Aires, que se come todos los recursos del país.

Voy a decir una frase que no es mía, sino que pertenece ya a todo el pueblo argentino: este país es un desastre. Está sumido en la peor crisis de su historia y los encargados de solucionarla están peleando por la silla en el PAMI del novio de una doña nadie que integra una gavilla de simios iletrados dirigidos por otro simio semialfabetizado cuyo único mérito es imitar, más o menos bien, la voz de su papá. Al radicalismo le pasó algo similar hace unos años, por suerte lograron echar al «hijo de…»

Pero hablemos de temas más entretenidos, mañana es el Día Internacional de la Educación. Seguramente se acuerdan aquel slogan del peronismo a mitad del siglo pasado “Alpargatas sí, libros no”, bueno, no alcanza para alpargatas, mucho menos para libros, pero vamos a gastar dinero en dárselo a la AFA para que transmitan River y Boca por canales abiertos. Sí, la mitad del país es pobre, gran parte de esa porción pobre no trabaja ni estudia, pero el Gobierno está preocupado por el fútbol.

Ya que hablamos de educación esta semana la ministra de Educación de CABA cometió un acto de lesa argentinidad: decir la verdad. Los pibes que dejan la escuela terminan en un pasillo de la villa y, muchas veces, conchabados en actividades delictivas. Que no la enuncies no va a hacer desaparecer la realidad.

Los pibes en las villas necesitan de la escuela y no la tuvieron casi dos años. No van a volver. Las villas, son villas miserias, no “barrios de bajo nivel de servicios y carencia socioafectivas y económicas”, se llaman villas miserias porque es mucha miseria acumulada en un espacio pequeño, es triste, es desesperante vivir ahí, todo el tiempo estás pensando en salir, si no te saca la escuela, vas a intentar salir laburando y si no se puede será robando, prostituyéndote o vendiendo falopa. Vos juntas mucha miseria en un espacio pequeño y, creeme, nunca pasa nada bueno.

Pero para el kirchnerismo es un pecado decir la verdad, en gran parte porque no la conocen. Ellos no van a las villas, tampoco escuchan a los que van, desde Recoleta y Puerto Madero se erigen en “representantes de los pobres y del pueblo”, toman decisiones por ellos y luego se van de vacaciones a costosos destinos paradisíacos. Los pobres no necesitan fútbol, ni Progresar, ni Conectar, ni nada de eso. Necesitan que la educación les de herramientas para salir de la villa o para convertir esa villa en un barrio, sin marginalidad ni violencia.

Por eso en Jujuy la educación picó en punta. Mientras en varios ministerios del Gobierno local están más preocupados por donde van a conchabarse dentro de dos años, Educación es un hervidero de reuniones y contrareuniones. El motivo es simple, las pruebas Saber Más tendrán un resultado bastante flojo. Lo bueno es que les permitirá a los funcionarios, por primera vez en la historia de Jujuy, elaborar un programa educativo con resultados y números fehacientes y no con “percepciones” como se hace en todo el país.

Gerardo Morales se animó a algo que ninguna provincia, mucho menos la Nación, se atrevió a hacer: un diagnóstico de la educación pospandemia. Es obvio que los resultados van a bordear lo catastrófico y que eso va a traer costos políticos, pero Morales asentará su campaña presidencial en la refundación de la Educación Pública jujeña. Su desafío estará en saber comunicar todo lo que se hace a nivel educativo en la provincia, hacia el resto del país.

Jujuy tiene casi 80 escuelas en ejecución y tiene 190 más en carpeta. Villa Jardín de Reyes, tras 100 años de existencia tendrá por primera vez un edificio educativo propio, pero todo esto es algo que pocos saben. El dinero para refundar la educación pública jujeña sale de la producción de energía. En un país a oscuras nadie mencionó a Cauchari, ni a la provincia que hace su propia energía y con ella enciende la luz del conocimiento.

Morales va a asumir los costos políticos del resultado de las pruebas Saber Más, sólo para que la educación de los jujeños sea el vehículo del crecimiento provincial. Esperemos que el futuro sepa reconocer a los artífices de este proceso transformador, funcionarios, técnicos, docentes. Este es el punto de largada de Jujuy sólo el devenir nos sabrá decir hasta donde podemos llegar.