Maximo Kirchner

Por Diego Nofal
Twitter: @turconofal

Espero estén comenzando una buena semana, no como el país que, una vez más, tendrá las previsiones presupuestarias del año pasado. Eso no sería grave si viviéramos en Dinamarca con una inflación del 1,6% anual hace 20 años. Pero no, vivimos en Argentina, donde hace varios años la inflación va del 25% al 50% anual y el dólar decide día a día cuánto va a costar aunque a los gobernantes les guste dibujar el precio.

Lo de la prórroga del presupuesto del año pasado sería una anécdota si no hubiéramos transitado el 2021. Cuando se votó la Ley de leyes para este año, se esperaba una inflación del 29%, era una barbaridad, pero hicieron el cálculo para arriba, así no le erraban. Pero, le erraron. La inflación será de cerca del 50% ¡Es decir que ya sabemos que es un presupuesto fallido y aun así vamos a usarlo! Argentina, no lo entenderías.

Pero veamos cómo fue la génesis de este papelón. Durante varias semanas el Gobierno nacional repartió dinero entre los periodistas amigos para que hicieran repicar la idea de que la oposición estaba atomizada y era fácil de quebrar. De esta manera nadie se daría cuenta cuando Stolbizer y el lavagnismo venda sus votos y el mejor empleado de Máximo Kirchner, Javier Milei, faltara a la votación en el recinto.

Los sobres para el periodismo vernáculo contenían indicaciones claras, no sólo debían hablar de una oposición quebrada, sino que además debían difundir “estudios” sumamente dudosos de algunas consultoras que hablaban del volumen político de Máximo Kirchner y su crecimiento en intención de voto. El gran problema del kirchnerismo no es que difunda mentiras, sino que tiene la mala costumbre de creérselas.

Por eso la oposición, que supuestamente estaba dividida, se abroqueló y pidió cambios profundos en el Presupuesto. A medida que avanzaban las negociaciones en el oficialismo se dieron cuenta que la oposición no pensaba ceder, que su intransigencia y unidad arrastraban al lavagnismo y a los diputados que responden a Elisa Carrió, inclusive Milei, que no iba a estar en la sesión, tenía decidido bajar al recinto.

En ese momento pasaron de ser los bravucones a ser víctimas de bullying. Habían amenazado al lavagnismo con bajarle varios cargos que tiene ese sector en el Ejecutivo. Cuando eso no dio resultados volvieron con maullidos de gata mojada en el techo a ofrecerles más cargos de los que tenían, pero no lograron quebrarlos. Todo se encaminaba al desastre.

En ese momento sacó chapa de negociador Sergio Massa, era lo más obvio, compartió partido con todas las personas de la Cámara… también los traicionó a todos, pero eso es lo menos importante, lo que valía en ese momento era que se conocían, se sentó y de a poco logró calmar las aguas, prometiendo obras por acá, recortando de un lado, alargando del otro fue acercando posiciones.

No se pusieron de acuerdo, pero armaron un borrador que no convencía a nadie, no obstante permitía pasar a cuarto intermedio y le daba más tiempo a los negociadores para llegar a un consenso, para presionar o premiar al lavagnismo y para pagarle una lindas vacaciones al líder de los libertarios. El borrador contenía una clausula fija e inamovible que el Gobierno no autorizó.

Fue entonces que se desató el escándalo, Máximo Kirchner dio un discurso tan confuso como incendiario, repitió la frase “aprendan a escuchar” 70 veces. Justo él, que festejó un triunfo perdiendo por 10 puntos. Mucha gente interpretó que Máximo había creído su propia mentira de líder, inventada por la prensa y por la obsecuencia hacia su apellido y que eso lo llevó a dinamitar los puentes, pero la cosa no viene por ahí.

El borrador contenía una prohibición explícita de aumentar las retenciones por decisión ministerial. Cuando el contenido de ese acuerdo llegó a la madre del borrego, el teléfono explotó. La única forma que el Gobierno tiene de obtener dólares en este momento es quitárselos a quienes exportan y tener que pasar por el Congreso para esa garrama impositiva es algo que no quieren, bajo ningún pretexto, hacer.

Así fue como el borrego, cuya única función como jefe de bloque es negociar con los otros sectres para tender puentes y lograr acuerdos, dio un discurso balbuceante, lleno de “ah, pero Macri”, cuya única intención fue hacer caer el acuerdo y darle al Presidente la excusa para prorrogar un presupuesto fallido y poder disponer partidas a su antojo, es decir al antojo de su vicepresidenta.        

La historia terminó como todos sabemos con el presupuesto caído, el kirchnmerismo haciendo lo que se le da la gana, mientras llora diciendo que la oposición tuvo la irresponsabilidad de no aprobar un presupuesto lleno de mentiras y de las malas. Otra vez tuvieron que salir a repartir plata entre los periodistas, para justificar este papelón.

Iba a referirme a los delirantes discursos de Carolina Moisés y su frenesí tuitera en plena sesión, pero no voy a hablar más de ella hasta que no aprenda a redactar un tuit. De verdad diputada, no es tan difícil, suelte el vaso, no ponga comas antes de las Y griegas, sobre todo, termine las frases y luego relea a ver si, definitivamente, están terminadas.

Ya que me vine para Jujuy vamos a hablar de Gerardo Morales, si antes estaba camino a una campaña presidencial, hoy está a punto de entrar a medir las cortinas en el despacho de Alberto. Hace una semana hacía volar vasos en una reunión de la UCR y hoy es el presidente del partido, elegido por unanimidad. La UCR no está quebrada, sólo es la UCR, eso significa que siempre tienen ganas de armar una nueva línea interna.

El Gobernador de Jujuy llegó al comité y todos esperaban escenas de pugilato. Pero cuando parecía que era hora de sacar el banquito y ponerse el protector bucal, Morales sacó de la galera un discurso conciliador y la muñeca de negociador lo puso en la cima partidaria sin necesidad de tirar vasos por el aire, por las dudas el catering había dispuesto vajilla de plástico para evitar accidentes.

Su primera acción como presidente del radicalismo, tal como anticipamos el fin de semana pasado fue limar asperezas con Mauricio Macri, se sacaron fotos juntos, a las carcajadas y pusieron el mismo GPS hacia la Rosada. Morales sueña que su manu negotiator le evite una interna con el macrismo y lo deposite casi en las puertas de Balcarce 50. Al menos el primer paso de ese camino ya está dado.