Cristina Alberto

Por Diego Nofal
Twitter @turconofal

La hoja en blanco, sin una línea escrita me obliga a admitir mi primera derrota, la segunda es el ruido hueco que hace el corcho de la botella de vino al abrirse, me había prometido hacer un esfuerzo por tomar mate, pero no puedo, menos a la hora de escribir. En gran parte porque reflexionar sobre este país necesita un componente etílico o ansiolíticos muy fuertes.

Los periodistas y analistas políticos que gustan de tomar café y comer sanguchitos gratis en Casa Rosada, han iniciado un operativo para engrandecer la figura de un Presidente gris y timorato. No obstante, pese a los esfuerzos líricos de este periodismo cabildero, la realidad muestra que Alberto sigue siendo el único expresidente que jamás presidió este país. Lo peor de todo, es que esta definición le cabe cuando aún faltan dos años para dejar el cargo.

Pero vamos a respaldar estas afirmaciones con pruebas concretas. La primera señal de “fortaleza” presidencial, que marcaron la última semana, fue la renuncia de Débora Giorgi a la Secretaría de Comercio. Todos saben que ella es del riñón kirchnerista duro, hacerla renunciar hubiera sido un gran gesto si no fuera porque Giorgi jamás asumió en su cargo, nadie le tomó juramento, ni firmó su designación, es decir renunció a un trabajo que jamás tuvo. A las dos horas estaba ya conchabada en La Matanza como secretaria de Producción, esperamos que sepa cocinar Paco y cortar cocaína con talco, sino va a tardar en entender a los más prolíficos productores locales.

Otra se las señales de esta consumada expresidencia sin presidir, fue el cruce entre Gabriela Cerruti y Fernanda Raverta. Gabi es la vocera presidencial, a través de ella se comunican las irreversibles decisiones de la máxima autoridad de la Nación, eso en los papeles. Esta semana Cerruti, en nombre de Alberto, descartó de plano la posibilidad de que los jubilados reciban un bono. Un día después, la titular del Anses, Fernanda Raverta salió a desmentir a la vocera presidencial al decir que sí evalúan pagar un bono. Claro, Raverta habla en nombre de quienes sí conducen este país, que son Cristina y La Cámpora.

Otro de los gestos que mostró quienes gobiernan este país fue la caza de brujas que se inició en la AFIP. Todos y cada uno de los funcionarios sospechados de haber investigado a Cristina, Lázaro Báez y Cristóbal López fueron removidos de sus cargos y degradados a tareas menores, se les bajaron los salarios y, en algunos casos, se les asignó trabajos intrascendentes. Nadie evaluó su idoneidad, fue un castigo por investigar a quienes gobiernan de verdad este país que son Cristina y sus amigos.

Pero ya que hablamos de CFK y sus amigos, es importante retomar un tema que nos preocupa sobre todo a los jujeños, que es la degradación y el encarecimiento del servicio de aerotransporte en el país. Desde que asumió este Gobierno, todo estuvo apuntado a la destrucción de una estructura de empresas que vendían pasajes de avión baratos para que todos pudiéramos disfrutar de este beneficio reservado sólo para ricos.

Primero se cerró el aeropuerto de El Palomar por una supuesta queja de los vecinos. Sin tener en cuenta que los vecinos y trabajadores de las inmediaciones de Aeroparque llevan medio siglo de quejas sin que nadie los escuche. Se mandó a las low cost a Ezeiza, donde los pasajeros tienen la incomodidad de tener que viajar varios kilómetros hasta CABA, se redujeron varias de sus frecuencias siempre en detrimento de las provincias del interior. Se sacó los HUBS intermedios, para que todos deban pasar sí o sí por Buenos Aires, se destruyó un sistema que favorecía a las provincias con baja conectividad aérea.

El golpe de gracia fue la suspensión de los pagos con tarjeta de los vuelos al exterior. Como era obvio, los consumidores se volcaron al mercado interno que, con la oferta destruida y la demanda con crecimiento repentino, echó mano a la herramienta más conocida del mercado: subir los precios de los vuelos de cabotaje hasta un 100%. Hay menos oferta, aumenta la demanda, suben los precios ¡Quién lo hubiera imaginado! Chicos, lean economía, en Wikipedia, ya ni les pido que estudien.

Para el Gobierno los pobres no pueden volar, no está bien. Al kirchnerismo no le gusta encontrarse en un avión con el tipo de clase media que no teme enrostrarle lo mal que gobiernan. Por eso viajan en cabinas business, lejos de la gente o peor usan aviones sanitarios como taxis aéreos para evitar cruzarse con vos. Ellos se dicen representantes de los sectores populares, pero mientras más lejos estén del pueblo, mucho mejor.        

Vilca y Milagro Sala

Esta semana también tuvimos la oportunidad de escuchar al compañero Alejandro Vilca hablar de Milagro Sala, repetir como un mantra sus mismas mentiras, la de un discurso claramente construido por los adalides que visitan más que seguido la mansión de Cuyaya, donde está detenida la exdirigente política.

Vilca dice que Sala es una presa política, que el Gobierno de Morales destruyó sus obras, en fin no hace más que demostrar que está alineado con quienes quebraron durante una década la paz social en Jujuy. Él se presenta como un obrero “pobre y marrón” para ganar la simpatía del progresismo palermitano porteño, que jamás repara que en Jujuy somos todos marrones. Además Vilca no es pobre, otra cosa en la que coincide con su referente Milagro, los recolectores de basura están en el gremio de camioneros, es decir los mejor pagados de la Argentina.

Todo esto podría enervar a Gerardo Morales, pero el gobernador decidió cerrar el capítulo de las elecciones y pasar a la gestión. Por lo pronto dos apuestas le están rindiendo frutos hasta inesperados, los cambios en los ministerios de Seguridad y de Educación están cosechando más éxitos que los que se esperaba cuando se sembró estas dos semillas Esta semana, con la ministra Teresa Bovi sentada a su lado, el mandatario ratificó la creación de la Universidad de Oficios, algo que jamás se intentó en el país.

 Por otro lado Morales dio dos pasos en su camino al sillón de Rivadavia, para ser justos debería llamarse sillón de Urquiza, pero eso es material para otra columna. La cosa es que en el Plenario Nacional de la UCR se eligieron los representantes del comité nacional y los aliados al mandatario jujeño consiguieron la mitad de los asientos, sólo un voto lo separa del penúltimo escalón de la carrera presidencial.

El último escollo sería la interna con el PRO, donde Gerardo Morales se ganó dos aliados invaluables, por un lado Patricia Bullrich y por el otro Elisa Carrió. La primera lo acerca a Mauricio Macri, con quien le resta limar algunas asperezas, la segunda lo pone al frente del ala más progresista y dialoguista de Juntos por el Cambio. La UCR crece y quiere volver a la primera magistratura nacional, eso preocupa al peronismo.

Ya nadie cree en el país el “ah, pero Macri”, mucho menos el “ah, pero De la Rúa”. Juntos por el Cambio puede volver a llevar un candidato radical a Casa Rosada, el radicalismo es la historia viva de la lucha contra la oligarquía nacional. Esa oligarquía hoy está representada por los políticos y los empresarios oficialistas, contra ellos resuenan las ollas, contra ellos se manifiestan los pobres, en las calles y en las urnas, quisieron reescribir el pasado y no pudieron.

Este clima, es la tormenta popular que jamás esperaron que cayera sobre sus espaldas, como decía Rafael Amor: “Olor a goma quemada temen, que se chamusque la historia, dos cosas que les espantan: PUEBLO Y MEMORIA”.