Por Diego Nofal para Jujuy Diario
Twitter @turconofal
Esta es mi columna política de la semana, acá analizo de dónde viene el país y hacia dónde va. Esta semana el dólar tocó los 200 pesos, así que todos sabemos que el país se va a mierda, no hace falta que yo lo escriba. En el ámbito local Gerardo Morales anunció la Universidad de Oficios y parece que nadie se enteró. Encontré un tuit de hace un par de semanas de Carolina Moisés poniéndose a la altura de la vicepresidenta de la Nación y diciendo que a ambas las unge de “poder” el pueblo (inserte acá el meme de Bugs Bunny con la comisura de los labios hacia abajo).
Pero hoy no voy a hablar de eso, voy a cometer un pecado de lesa argentinidad, que es hablar de Diego Maradona, sin besar sus pies llenos de fútbol. Ayer me encontré en una red social con un posteo de Daniel Stejman que decía: “Juan Darthés, famoso actor y cantante de tangos, recordado por su violación. Jeffrey Epstein, exitoso asesor financiero, recordado por sus aberrantes delitos sexuales. Diego Maradona, no me toquen al ídolo, en la cancha lo dio todo. Feliz cumpleaños al doble discurso”.
Su compañera de vida, Dai Albertus Paz, una gran profesional de la comunicación tucumana, refrendaba: “Engañaba a su esposa. No quería reconocer a sus hijos. Maltrató públicamente a todas sus parejas. Trajo a una mujer desde Cuba de manera ilegal. Ah, pero besos al cielo mostro, crack, grande. Me dá asco el doble discurso de algunas personas que ‘odian’ todo tipo de abuso hasta que le tocan ‘al Diego’”.
En un momento me atacó el argentinismo troglodita y empecé a ensayar mi respuesta de intelectual negador, sobre como nos había llenado la panza de gol en plena crisis del 90 o como recuperó Las Malvinas a mano pelada, en el 86, algo que resumí en esta columna el día de su muerte. Pero, para ponerlo en metáfora futbolera, paré el cuero, como un cinco que espera la subida de los laterales. Es increíble las cosas que uno puede ver cuando saca los ojos de la pelota para mirar el panorama.
Maradona no es Dios, es un hombre, uno que nos trajo alegría, pero también uno que llenó de sufrimiento a muchas personas. Por qué creemos que nuestro grito de gol y nuestra alegría valen más que el sometimiento de una pibita cubana, abusada por Diego y por el régimen de su país. En qué nos hemos convertido, en ese tipo de familias que “lavan los trapos sucios en casa” se trate de una remera o de un abuso sexual, porque el tío es bueno, pero cuando toma se le da por pegarle a la mujer y tocar a las sobrinas.
El excapitán de la selección, le pegó a su exnovia, intentó abusar de una periodista en Rusia, maltrató psicológicamente a la madre de sus hijas, humilló públicamente a sus parejas, abusó y drogó a una pibita de 16 años, llena de privaciones, a cambio de unas monedas. Maradona, además de un futbolista es todo esto.
Pero además, cuánto tiempo vamos a tapar que Maradona no era el tipo “con unos huevos enormes” que decía lo que pensaba. No, era un tipo con los velos inhibitorios arruinados por la falopa que decía pelotudeces y que nosotros aplaudíamos como simios. “El Diego” llegó a la cima y no aguantó la presión, remplazo el coraje con merca y no queremos reconocerlo.
Porque el deporte nacional no es el fútbol ni el Pato, sino defender a cualquiera que nos arranque una sonrisa en medio del incordio en que vivimos, nos gustan los bufones, los bullys, los tipos que bravuconean desde su espacio de poder o desde su sillón de ídolos inmaculados. Algo que resumió Carlos Solari en su frase “las minitas aman los payasos y la pasta de campeón”, en este país somos todos “las minitas” de las que hablaba el Indio.
Ahora para los que cuestionen esta columna con su frase: ¿Qué hiciste vos por la alegría de los argentinos? Tengo dos respuestas, la primera, ojalá hubiera tenido el talento de Maradona, pero el mío apenas alcanza para poner blanco sobre negro en estas columnas. La segunda respuesta es ¿qué carajo hiciste vos por el periodismo para criticar esta columna? Yo tengo una vitrina y un currículo lleno de las cosas que hice, por eso escribo lo que quiero.
Me cansé de separar a la persona del futbolista, el que le metió el gol a los ingleses es el mismo que golpeó mujeres, el que abusó a una chica de 16 años, el que tomó merca, nunca nos olvidemos que en el 94, fue Diego Armando Maradona el que nos demostró que el futbolista y la persona eran el mismo.