Por Diego Nofal, para Jujuy Diario
Twitter: @turconofal

Mi mamá había aprendido a escribir pocos años antes en una escuela de capacitación fundada por un sindicato, más que ayudarme con la tarea, aprendía conmigo. Era el único momento en el que abandonaba la máquina de coser que, según ella, le había regalado Eva Duarte, aunque en realidad se la había entregado un dirigente de segunda línea en un acto político.

Mi mamá me espiaba por encima del hombro mientras yo hacía cientos de pequeños rulos que, me habían dicho, eran la letra «E». Mi mamá me abrazó por la espalda y me dijo -Tiene que aprender a escribir hijo, así algún día le escribe una carta al General Perón pidiéndole que le regale una bicicleta- El silencio que le siguió a esa frase, me hizo notar que algo no andaba bien. Cuando levanté la mirada, mi viejo estaba parado en la puerta, con un gesto que mezclaba bronca, tristeza y decepción.

Ese día se mudó a una pieza de madera y chapas que teníamos en el fondo de casa a la que llamábamos «El taller»: Nunca más volvió a dormir con mi madre, salvo alguna siesta o cuando llegaban visitas.

El día que murió Eva Perón mi papá se negó a llevar luto y mi madre lo convenció de no salir de casa, se encerró en el taller con una damajuana de vino y a través de la puerta pude escuchar su llanto amargo. La mía no sería la única familia a la que dividiría el peronismo en su afán paternalista, lo peor estaba por venir y no sería responsabilidad de Perón ni de Eva Duarte

El anterior relato, es parte de las recopilaciones que se hicieron para el libro, aún inédito, “Relatos de un peronista no arrepentido”, creo que es menester traerlo a consideración por esta impronta kirhnerista de “poner platita en el bolsillo” sin aclarar que la platita alcanza sólo para estos 30 días y que después esa misma platita generará inflación que generará más pobreza.

Es esta ridícula creencia de que el Estado es el papá, la gente dejó de pensar así, pero el kirchnerismo es ese padrastro pesado que te da plata y regalos porque cree que es la mejor forma de que lo quieras. Podés regalar un millón de bicicletas, pero si en la puerta de tu casa alguien te pone un revólver en la cabeza y te la roba no sirve de nada, si tenés que venderla porque no te alcanza para morfar tampoco sirvió.

Ahora se regalan viajes de egresados, siete días de una vida irreal para los pibes, donde todos los días llegás a la mesa y hay comida, donde te llevan de paseo a lugares que no podrías pagar, no sólo porque no tenés la plata, sino porque tampoco vas a tener la oportunidad de ganártela. Después de una semana los pibes volverán a su casa donde no hay canillas de agua donde sus viejos no tienen trabajo, donde lo más parecido a un coordinador de viajes es el tranza de la esquina, que te disciplina la cuadra a tiros.

Lo más grave de todo es que no podemos esperar nada más de este gobierno que migajas. De Axel Kicillof no esperamos ni eso, con que compre un diccionario para su oficina me conformo. La pregunta es qué pasará cuando termine el maquillaje, si lo mejor que pueden hacer es un bono para los que cobran la asignación universal, regalar viajes de egresados y heladeras, estamos en el horno, porque la ecuación la sabemos de memoria: las heladeras y los viajes no alcanzan para todos y posta son un curro de algún amigo del Gobierno.

Lo raro de todo esto es que el único que quería evitar esta nueva hecatombe macroeconómica era Alberto y lo mandaron al timbrear el conurbano, como mi abuela me mandaba a ver si llovía en la esquina. Mientras que Cristina, la madre de todas las derrotas del país, anda azotando empleados en el Banco Central para que impriman más dinero. Es simple, ellos ya se van, lo saben, pero antes de irse quieren dejar al país realmente en llamas.

Mientras tanto, se abrió otro frente de conflictos, la Justicia, en una muestra del más abyecto lawfare, un TOF se negó a llevar a juicio a la vicepresidente de la Nación, decidió que pese a que jueces en dos instancias previas habían decidido que la elevación a juicio era pertinente ellos sobreseerían a Cristina Kirchner sin juicio previo.

Aunque lo peor que dejó el Memorándum con Irán, es una generación de pibes creyendo que Héctor Timerman era un héroe de los derechos humanos, víctima de una persecución. Para quienes se han olvidado, Timerman dirigió un diario que apoyó abiertamente a la dictadura, calificó a Fidel Castro como un dictador en el 2010 y en el 2011 cambió de opinión cuando era funcionario. Como si fuera poco para apuntalar al régimen cubano ocultó en la Argentina los documentos que mostraban que Castro apoyó a Jorge Rafael Videla y viceversa, algo que él ya sabía porque el diario que dirigía publicó la noticia durante la dictadura.

Mientras tanto por Jujuy pasó el ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, pero decidió que no era taaaaan importante reunirse con el Gobernador de la Provincia. Claro por qué el ministro de Ambiente se reuniría con el gobernador que tiene el mayor parque de generación de energía limpia del país y el segundo más grande de la región, cositas sin importancia.

Parece que Juan prefirió juntarse y llevar de paseo a Carolina Moisés, deben hacer tenido mucho que conversar, porque se distrajeron y se la olvidaron a Leila Chaher que es la candidata a la que ambos vinieron a apoyar. Bueno Leila, la próxima vez será.