Por Diego Nofal, para Jujuy Diario
Twitter: @turconofal
Los teléfonos de la casona de París repican sin parar. Bonjour, contestan en un francés a media lengua, es el Gobierno argentino, necesitan que Mauro Icardi vuelva a engañar a su mujer, traicionar a algún amigo o al menos que meta un gol, algo que saque a los argentinos del oprobio de tener que enfrentar nuestra realidad.
Decidí dejar pregrabada en estas columnas las frases “esta semana pasó de todo” y “el Gobierno no sabe cómo solucionarlo”. Desde que volvió el kirchnerismo hay dos constantes en este país, que se prenda fuego y que el Gobierno intente apagarlo con una servilleta húmeda o con combustible para aviones.
Si sostenemos este ritmo maravilloso seis meses más podremos decir, sin temor a equivocarnos y con los papeles en la mano, que estamos transitando el peor gobierno en la historia de la democracia. Sí, este gobierno está a sólo seis meses de dejarnos peor, mucho peor, que el 2001 y peor, mucho peor, que la post hiperinflación.
Pero no se preocupen el Gobierno está buscando soluciones para este maremágnum de desgracias. La primera fue una receta que seguramente será exitosa: el control de precios. Es increíble que no se nos haya ocurrido antes, pero antes de seguir voy a revisar un libro de historia económica… ah, ya se nos había ocurrido antes, unas 73 veces y jamás, pero jamás, dio resultado.
No obstante, Alberto sacó el as que tenía bajo la manga y que seguro nos ayudará a que los precios bajen: culpar a los empresarios por la inflación. Eso seguro va a funcionar, romper la mesa de diálogo y decirle que los culpables de todos nuestros males son ellos, que deberían ser más solidarios, que vamos a ir a cerrar las sucursales que no respeten precios máximos ¿Qué podría salir mal?
Bueno, vamos a detenernos en este punto. Por una parte los empresarios no deben ser solidarios, son empresas, su fin es el lucro, si querés solidaridad fabricá los fideos en una ONG. Para los que no saben nada de economía les voy a dar su primera clase, la inflación es siempre culpa del gobierno. No importa a quienes culpen, los únicos responsables de la inflación son los gobernantes.
Pero como es más fácil culpar a otro, ministros e intendentes salieron a controlar precios ¿ustedes me están jodiendo? Lo único que sobra en el Estado nacional, provincial y municipal son empleados y resulta que los funcionarios más importantes van a controlar precios a un supermercado. Muchachos larguen el Excel de precios, su laburo es estar en la oficina buscando una solución real a la inflación interanual del 52%.
De última, mándame los funcionarios a controlar cuántos billetes se imprimen por día, eso sería útil. ¡Ojo! Todos estamos de acuerdo en que la emisión no genera inflación cuando la moneda tiene respaldo. Pero la nuestra es, literalmente, un papel pintado. Para contener la inflación necesitamos dólares, muchos y ahora mismo, no cuando liquiden la soja o cuando ocurra el milagro de que alguien quiera prestarnos plata.
Hablando de prestar plata, esta semana vivimos un momento sublime del kirchnerismo. Mientras intentábamos ordenar un poco este quilombo, mientras nuestro ministro de Economía estaba en Estados Unidos jurando y perjurando que íbamos a honrar nuestras deudas, la agrupación que dirigen Máximo y la PRESIDENTE Cristina Kirchner, difundió un video exigiéndole a Alberto Fernández no pagarle al Fondo Monetario Internacional. Por algo la agrupación de llama La Cámpora, en homenaje al expresidente Héctor Cámpora, a quien el mismo Juan Domingo Perón consideraba un traidor con muy pocas luces. Para serles sinceros, espero que nos invada Haití y nos convierta en un país serio.
Tal vez esa maravillosa señal elevó el precio del dólar libre a los 195 pesos. Para ir a comprar los 200 dólares que te permite el Gobierno tenés que llevar 390 billetes de 100. Mucha gente votó a este Gobierno pensando que después de Mauricio Macri no podíamos estar peor. No obstante, Alberto tuvo como gran mérito lograr incendiar un país del que sólo quedaban cenizas.
Como si fuera poco, ahora tenemos pequeños países dentro de nuestro país. Un grupo de personas autodenominado “Mapuches” decidieron empezar a tomar terrenos en el sur del país, golpear a los propietarios, incendiar sus casas, incendiar oficinas del gobierno, complejos deportivos. Es menester recalcar que cada terreno tomado es anexado a una “nación Mapuche” que no reconoce a las autoridades nacionales.
Pero Alberto dice que no es problema del Gobierno nacional. Es decir un grupo de personas que no reconoce la Constitución, ni a los gobiernos locales toma territorios nacionales y no es un problema del Estado ¿entonces de quién es problema? De los vecinos que padecen la violencia, de los emprendimientos privados que son incendiados por los supuestos mapuches.
Cabe una aclaración, los pueblos originarios argentinos tienen cientos de tierras reconocidas como ancestrales, han aportado documentación y elementos arqueológicos que lo prueban. En el sur un grupo de personas declaró que un Parque Nacional es territorio sagrado basándose en el sueño de una chica de 16 años que es Machi, algo así como un chamán Mapuche. No, no es una joda o sí, este país es un chiste. Es muy raro, porque tanto en Argentina como en Chile las Machi deciden cuál es el territorio sagrado por un sueño y jamás sueñan territorios sagrados que no sean lugares turísticos o terrenos que valen millones de dólares.
Para ir cerrando vamos con algunos chismes locales, primero nos encontramos con Gerardo Morales que dijo que no quiere jubilar a Macri, pero que no lo votaría. Adiviná si los trolles macristas, que no tienen ninguna diferencia con La Cámpora, salieron a pegarle. También dijo que para juntarse con el Gobierno tras la derrota que seguramente sufrirá en noviembre es inútil, porque nadie sabe a ciencia cierta quién gobierna, ningún acuerdo garantiza cumplimiento, porque nadie sabe quién es el interlocutor válido para acordar.
Pero el entremés de la semana es la asunción de la nueva ministra de Educación, María Teresa Bovi, y su equipo. Ya ocupan el tercer piso del Complejo Ministerial ubicado en el barrio Malvinas. Su primera semana fue una locura y un mundo de revelaciones. la subsecretaria de Coordinación Educativa, Vanesa Humacata, y la ministra se encargaron de las primeras reuniones, no hubo una sola persona que no se quejara de Isolda Calsina.
Las supervisoras, los docentes, el personal nadie dejó de hacer referencias negativas a la exministra. El primer trabajo dentro del Ministerio es empezar a resolver el malhumor que dejó Calsina, pero como dicen en off los funcionarios más importantes de la cartera: vamos a resolver las urgencias del día a día, pero antes vamos a plantear las metas ministeriales y hacia ahí vamos a apuntar.