Ustedes son muy chicos para acordarse, pero hace una semana a esta hora, todo lo que había hecho Alberto en la gestión de la pandemia estaba bien, la fórmula jubilatoria era una gesta casi sanmartiniana, Martín Guzman era un crack salvador del país y negociador de la pesada herencia macrista. Hace una semana todas suspiraban al ver a Santi Cafiero y te hablaban de lo brillante que era y de la importancia de tener a alguien que haya mamado peronismo desde la cuna.
Ahora, en cambio, Alberto es un mequetrefe y un ocupa, Guzmán es un ministro tan de segunda línea que lo confirma en su cargo la vicepresidenta, sí esa que pertenece a otro poder. Cafierito es un leproso a quien nadie quiere acercarse y, por supuesto, ninguno de los tres es “verdaderamente” peronista.
Este tole tole nos sirvió para pasar algunas cosas en blanco. La primera es que ya sabemos que si Cristina pierde una elección prefiere prenderle fuego al país antes de hacerse cargo de una derrota, un Nerón local, pero que manda a otro a sostener las antorchas. También nos quedó claro que ella gobierna y que está convencida que ella eligió a Alberto no las 12 millones de personas que lo votaron. Está segura que sin su unción él nunca hubiera llegado a ser presidente, el problema es que ella no entiende que tampoco podría haber ganado las elecciones sin él, porque en su entorno era el único que no tenía causas penales.
Lo segundo que nos dimos cuenta, gracias a un audio de Fernanda Vallejos grabado en un estudio, luego difundido con el título de “filtrado” y gracias a una carta de la vicepresidenta que todos opinamos que la fórmula jubilatoria es un robo a los jubilados, que el gobierno kirchnerista lleva adelante un ajuste y que, en líneas generales, el gobierno es un desastre, de los peores de la historia argentina.
Muy bien, todos coincidimos en que esto es un incendio, ahora ¿cómo lo apagamos? La propuesta del kirchnerismo paladar duro fue tirar dos o tres bidones de nafta para convertir una crisis económica y política en una hecatombe institucional. Alberto cometió un pecado gravísimo para el orbe kirchnerista, quiso gobernar para ordenar el país y no para ganar una elección, eso para Cristina fue imperdonable.
Además, en esta crisis institucional nos enteramos quienes son los hijos y entenados. Axel Kicillof fue el gobernador que más recursos recibió en estos dos años y, aun así, perdió la provincia de Buenos Aires. ¿Quiere saber cuántos ministros bonaerenses dejaron su cargo? La respuesta es simple: ninguno. A ver muchachos, Kicillof es un economista que fundió un bar y como segunda oportunidad le dimos un país, también lo fundió ¿de verdad alguien pensó que no iba a romper Buenos Aires?
Pero nadie le echa la culpa a Kicillof, ni a los políticos que perdieron las elecciones, la culpa es de Alberto. Entonces decidieron retocarle el Gabinete. Desplazaron a Cafiero y trajeron a Juan Manzur, las amigas feministas tal vez no se acuerden de él, pero lo denunciaron hace dos años por obligar a parir a una nena de 11 años violada. Luego lo denunciaron el año pasado por encabezar la marcha de los antiabortistas. La lista es larga y puede seguir, pero basta con decir que una de las denunciantes, hace dos años, fue la actual ministra de Mujeres y Género, que ahora lo tendrá de jefe.
Era imposible hablar de la derrota sin que apareciera Daniel Filmus en el radar, lo pusieron frente al Ministerio de Ciencia y Tecnología, espero que sea para que nos enteremos de qué se ocupa esa cartera del Gobierno. Para que la designación de Manzur no sea la única ofensa, a quienes reniegan del modelo extractivista y de la sojización del campo le trajeron a Julián Domínguez el mejor amigo de los sojeros y del desmonte masivo.
Para coronar trajeron a Aníbal “sensación de inseguridad” Fernández al Ministerio de Seguridad de la Nación. A ver muchachos, si leen los resultados notarán que se fueron todos los votos que creían en un Alberto moderado y en un Sergio Massa poniendo límites, es decir que cuando el kirchnerismo se metió ahuyentó a los moderados y al peronismo tradicional. No tuvieron mejor idea para recuperar esos votos que traer más kirchnerismo al gobierno.
Alberto, para horadar más la confianza anuncia un “shock de consumo”, sin que haya un shock de producción, eso sólo significa más emisión y más inflación. También perdieron porque un 50% de inflación anual es insostenible y para solucionarlo van a hacer funcionar la maquinita de devaluar nuestros salarios. Es decir, que para ganar el voto de los niños se armaron un trencito infantil que lo manejan Drácula, Frankenstein, el hombre lobo y que choca en todas las esquinas. Suerte con eso muchachos.
Comenzó el 2023
En el orbe local, pasó de todo. En medio de la pelea entre kirchneristas y albertistas, sonó el nombre de Gerardo Morales para ocupar un lugar en el Gabinete nacional. Desde el seno del gobierno local los voceros habituales del mandatario fueron muy claros. “No va a integrar un Gabinete kirchnerista y va a ser el próximo Presidente”, con eso pusieron fin a los rumores que se habían esparcido en la provincia.
Pero lo mejor de la semana quedó tapado por el incendio nacional, Raúl “El Chuli” Jorge anticipó que en el 2023 no será candidato a intendente. Todos damos por hecho que se suma a la carrera por ocupar la primera magistratura provincial, hasta ahí ninguna sorpresa. Pero desató la carrera rumbo a la intendencia.
En principio hay tres corredores y medio en esta competencia. Uno es harto conocido, se llama Lisandro Aguiar, pica en punta y no tanto por ser hombre del Chuli. Si Aguiar ocupa el Municipio el actual intendente se queda con todo, algo que el entorno de Morales no ve con buenos ojos.
Los otros dos y medio prefieren que sus nombres no se develen, pero vamos a dar algunas pistas, uno y medio son concejales. Uno es varón y el medio no. Se empezaron a acomodar después de las elecciones. Uno de ellos sorprendió en las elecciones por su poder de movilización y por su cercanía con la gente, con perfil bajo y sin padrino político definido es un nombre que suena fuerte entre los cabilderos locales.
El restante de los candidatos sonó en los últimos días para ocupar uno de los ministerios que quedará vacante luego de las elecciones si el Frente Cambia Jujuy logra meter los dos diputados. Su puesto ministerial le dará recursos y lapicera para acomodarse. No obstante todavía falta mucho, pero nadie quiere dormirse. Sólo nos queda contemplar este tobogán cuesta abajo que nos propone el gobierno nacional y llegar a la próxima columna de domingo sin titular “Hay nuevo presidente/a/o/x en el país.