Por Diego Nofal
Twitter: @turconofal
Tal vez por eso Alberto Fernández se empeña en ser un adolescente tardío. Un efebo que siempre prefiere cargar las culpas sobre los otros y organizar un presente sin pensar en el pasado o el futuro. Esa es la vida que le gusta, la de ser un zagal mancebo de un matrimonio endogámico que maneja el poder, el de Máximo y Cristina. Tal vez por eso ayer escribió una columna plagada de excusas adolescentes y verdades parciales, una columna triste y errática como su pésima presidencia.
Voy a darme a la tarea de analizar ese escrito, en dos o tres párrafos para no aburrirlos con la “guitarreada presidencial”. Empieza su texto festejando que el país que gobierna “no haya voces acalladas, periodistas censurados ni opositores perseguidos. La pluralidad y el disenso deben nutrir nuestra democracia”. Claro, para que esta declaración no haga ruido, deberíamos olvidarnos que el 1 de marzo, en la apertura de sesiones acusó a los periodistas de participar del lawfare en contra de Cristina Kirchner. Además durante su gobierno, fue procesado, por un cuestionable juez, el periodista Daniel Santoro.
“Desatada la pandemia, trabajamos para asegurar la atención médica de quienes el virus contagió. Así salvamos miles de vidas en Argentina como muestran las cifras comparadas de exceso de mortalidad. Cuidar fue éticamente imprescindible”, continuó. Me pregunto cuáles son las cifras comparadas del Presidente, porque las que manejamos todo el resto, dicen que la Argentina es el décimo país con más muertos por millón de habitantes. Sobre 194 países, estamos entre los 10 peores. Tal vez tenga que ver con que intentamos detener una pandemia mortal con una declaración jurada y un té caliente
“Pero mientras cuidábamos la salud de los argentinos nunca perdimos de vista la necesidad de preservar pequeñas y medianas empresas que daban y dan trabajo”, nos dice Alberto, dejando constancia escrita de algo absolutamente falso. Durante el 2020, gracias a la gestión de la pandemia en Argentina 90.700 locales y 41.200 pymes cerraron, lo que generó que unos 185.300 trabajadores quedaran afectados. Pero claro, como podría saber eso Alberto, en plena pandemia estaba festejando el cumpleaños de su pareja y componiendo canciones con su guitarra, para él no hubo cuarentena, ni negocios cerrados, ni reducción salarial, tal vez por eso llevó un payaso a una conferencia de prensa, donde se anunciaban cuantos argentinos habían muerto ese día.
Lo más asombroso es que se ufanó de que “las mujeres hoy deciden con más libertad. Tienen un Estado que las asiste sanitariamente si interrumpen su embarazo”. Lo podría haber dicho en otro momento, no dos días después de que una médica salteña fue detenida por practicar una interrupción legal del embarazo, vigente en nuestro Código Penal hace más de 100 años. Este sólo es un caso, para no mencionar que en Chaco una sentencia interrumpe la aplicación de la interrupción voluntaria del embarazo y en Santiago del Estero hace poco más de un año le negaron el aborto a una nena de 12 años. Pero Alberto es un tipo que no sabe nada sobre la realidad argentina, porque habría de saberlo, ni que fuera presidente.
El resto de su columna es un “ah, pero Macri; ah, pero Fabiola; ah, pero pandemia» interminable. Si usted pretende leer un mea culpa, ni la lea, no hay una sola línea haciéndose cargo de la crisis terminal que padece hoy la Argentina, tampoco hay filminas, todo muy aburrido.
En el orbe local las elecciones no nos dan respiros. Leila Chaher quedó absolutamente opacada por su mecenas Carolina Moisés, tanto así que en una panel de mujeres líderes que culminó ayer Leila intentó contar como se había trabajado en pandemia pero su perorata duró apenas unos minutos y Caro le arrebató el micrófono de las manos. Chaher es una candidata puesta desde Buenos Aires y dirigida por una porteña que eventualmente viene a Jujuy a visitar a su familia o en este caso a ser la vocera de los intereses de Cristina en nuestra provincia.
También trascendió que ayer Gerardo Morales estuvo en el foro de concejales que preside Leandro Giubergia. El concejal reelecto mostró su poder de convocatoria y el Gobernador aprovechó que había más de un centenar de dirigentes de toda la provincia para hacer una fuerte arenga. Además, según cuentan los chismosos, dio cifras que anticipan una derrota catastrófica del Frente de Todos en la provincia, además se aventuró a decir que el partido que gobierna el país terminará el domingo 12 padeciendo una derrota o celebrando una victoria pírrica que lo dejará muy lejos de sus expectativas electorales.
También dicen por ahí los cabilderos locales, que se preparan cambios importantes en el gabinete del Gobernador después de diciembre. Dos carteras quedarán libres, Salud será una de ellas. En tiempos de pandemia asumir en ese ministerio asegura posicionamiento y exposición mediática por los próximos dos años, pero también obliga a una tarea impecable. Además quedará vacante el estratégico Ministerio de Desarrollo Social, varios se prueban el traje, pero Morales juega al póker a cara de piedra, nadie sabe cuál será su carta ganadora en ese lugar.
Esta es la última columna previa a las elecciones, la próxima será el lunes siguiente a los comicios. Voy a hacer lo que todos hacen, sacaré de contexto partes de mis otras columnas y diré que yo anticipe los resultados, nada distinto a lo que hacen los políticos y el resto de los periodistas, pero al menos yo lo hago con gracia y pongo muchas fotos así no nos aburrimos mientras leemos.