Por Diego Nofal, para Jujuy Diario
Twitter @turconofal
Esta semana pasaron tantas cosas que no sé por cual culpar primero a Fabiola. Los chismes se acumulan y me cuesta acomodarlos, Cristina retó a Alberto, Alberto retó a los periodistas, usaron el argumentó demodé de culpar a Maurico Macri por todo, la inflación superó la previsión anual cinco meses antes de terminar el año y ¿¡alguien quiere pensar en los carpinchos!?
En el ámbito local las habladurías son igual de jugosas, hubo enojo de los gauchos porque les suspendieron el desfile del Éxodo, los hornitos pasaron de hacerse a no hacerse en menos de dos horas, Nati y el Bacha se pelearon aunque ahora son re amiguis porque el Imperatore los retó. Pero el chisme de la semana es la jujeña que estuvo de joda en Olivos, en plena cuarentena, mientras usted contaba los invitados en su casa para evitar un allanamiento.
Todos saben que esta columna es un análisis nacional con una bajada local. Esta vez será al revés, hablaré de la nacionalización de una modalidad que nació en esta provincia: someter a los pobres con dinero del Estado.
La modalidad que nació con el sello de Milagro Sala, se nacionalizó gracias a esta gestión y a nadie parece haberle llamado la atención. Pero ahora entendemos el porqué de las visitas a Cuyaya de varios dirigentes nacionales, no venían a pedir su libertad porque ni el kirchnerismo quiere a Sala en la calle, sino que vinieron a tomar clases de la maestra, en un modelo que se está trasladando a todo el país.
Esta semana vimos absortos dos cosas que ya sabíamos desde hace tiempo, pero que nunca habían sido filmadas, la primera es que el kirchnerismo jamás cumple las leyes que impone, la segunda es que se obliga a la gente a ir a marchas o actos políticos so pena de perder sus planes sociales, que muchas veces es el único ingreso del hogar. ¿Esta práctica les suena conocida? obvio que sí, tiene el sello creativo de nuestra comprovinciana.
Una filmación mostró a una mujer que les exigía a los manifestantes identificarse al finalizar una marcha. Los que no iban, no cobraban su plan. Victoria Tolosa Paz, la candidata estrella del kirchnerismo, presidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, se paseó por cuanto programa de televisión tuvo a mano sin dar explicaciones de esta situación. Seamos claros, si una puntera política tiene potestad para dar de alta o de baja un plan social es porque hay una clara complicidad dentro de los estamentos gubernamentales que le permiten hacerlo.
La única responsable de los planes y ayudas sociales en este país es la concejal ad honorem, pero presidenta rentada del Consejo de Políticas Sociales, es decir Tolosa Paz. Llevarla como principal candidata del kirchnerismo es un signo inequívoco del intento gubernamental de nacionalizar la metodología de Milagro Sala, ahora es más fácil entender la fijación del Gobierno con destruir al sector privado. La inefable intención de tener una masa gigante de argentinos que dependan del Estado tiene un fin único, perpetuarse en el poder con un sistema nacido y criado en la provincia de Jujuy. Ahora entendemos porque la dirigente jujeña sigue presa cuando todos sus compañeros fueron liberados, cuando se trata de ser hijo de puta, el Estado no admite competencia.
En nuestra provincia, tenemos una candidata que lleva(ba) con orgullo la casaca de “Libertad a Milagro Sala”, obviamente después de la paliza electoral de los candidatos de Mily, la dejó bien guardada en el ropero. Además tiene sus propios problemas, entre ellos figurar en un padrón de egresados de una universidad de la que no egresó y donde no le correspondía votar. Pero un kirchnerista que no cumple con las normas parece ser la regla y no la excepción.
En Olivos y de fiesta
Pero me estoy extendiendo demasiado y no les traje el chisme, que desde la publicación de un documento oficial dejó de ser chisme y pasó a ser información fehaciente, sobre una jujeña que estuvo en Olivos el 30 de diciembre del 2020 junto a otras 60 personas, cuando el resto de los argentinos teníamos prohibido reunirnos con nuestras familias para celebrar las fiestas de fin de año.
Esto me afecta de manera particular, el 29 de diciembre bauticé a mi primera y única hija. En una iglesia, casi vacía, con mis padres hermanas y tíos que conocían, cinco meses después de su nacimiento, a mi nena. Respetamos todos los protocolos, habidos y por haber, comimos tres empanadas cada uno y mi familia se volvió a Tucumán para cumplir con la legislación nacional que no los autorizaba a pernoctar en otra provincia a menos que acaecieran circunstancias especiales. Un día después la oligarquía política nacional se pasaba por el tujes las leyes y armaba un jolgorio pagado por todos nosotros.
Lo extraño es que días antes la diputada había acusado al Gobernador de Jujuy por su gestión de la pandemia, aseverando que en la provincia los hospitales no atendían a la gente, había personas que eran enterradas sin que sus familiares pudieran verlos. No entiendo cómo podría saber esto la parlamentaria, si tiene residencia casi permanente en la ciudad de Buenos Aires, de hecho tiene el clima de esa ciudad configurado en su teléfono celular.

Estoy hablando de Carolina Moisés, la misma que quiso que un recurso único en el mundo como el litio fuera administrado por el poder central, quitándole a la provincia que dice representar, fondos para su crecimiento sostenido. Mientras criticaba las medidas que se tomaban en la provincia se iba de fiesta con sus colegas, en un quincho cerrado, se daba el gusto de filmarse y sacarse de fotos. Claro, porque habría de cumplir las leyes si ella nació siendo de la oligarquía política, hija de un dirigente local cuyos antecedentes prefiero no recordar.
Les recuerdo que en aquel entonces se permitía en Buenos Aires reuniones de hasta 100 personas al aire libre, pero esta fue en un quincho cerrado, tal como se ve en las fotos y en los videos, además todo el que haya pisado Olivos alguna vez sabe que salvo los jardines, ningún lugar del inmueble está al aire libre. Pero sobre todo, la gente moría por cientos a diario, el país estaba fundido, estábamos hundidos en una de las peores crisis de la historia nacional, alguien me podría decir ¿Qué carajos estaban festejando?
Un papelón del que los medios jujeños prefieren no hablar, es normal, en campaña todos reciben algún dinerillo de cada partido y el partido que gobierna a nivel nacional tiene una billetera generosa. No es mi costumbre criticar a los colegas, pero ¡Vamos muchachos! En medio de este quilombo con las visitas ilegales a Olivos dejamos pasar que una diputada jujeña estuvo de joda en la quinta presidencial. En fin, piedra libre para Moisés que está escondida detrás de su hipocresía.