Por Diego Nofal, para Jujuy Diario.
Twitter @turconofal

Esta semana asistimos a la declaración de cobardía más grande desde que tengo memoria. Les aseguro, que mi memoria política es muy buena. El Presidente de la Nación decidió culpar a su compañera, Fabiola Yáñez, por una foto donde él, la máxima autoridad de nuestro país, está incumpliendo una norma que había sancionado cuatro meses antes.  

Los voy a poner en contexto, esta semana, circuló una foto donde se ve al Presidente y a otras 11 personas, sin barbijo, sin distanciamiento social, sin vergüenza alguna, festejando un cumpleaños, el 14 de julio de 2020, en la Quinta de Olivos. No sé si lo recuerdan, pero a mediados del 2020 los runner eran unos genocidas y un surfista que intentaba volver a su casa era, según palabras del Presidente, “un idiota”. Para darle un poco de crédito a Alberto, el surfista es antivacunas, así que en esta coincido con el mandatario, es un idiota, pero no por intentar volver a su casa.

Pero la justificación presidencial para violar las normas que él mismo había impuesto fueron: «El 14 de julio, día de cumpleaños de mi querida Fabiola, ella convocó a sus amigos a un brindis que no debió haberse hecho. Definitivamente, no debió haberse hecho y lamento que haya ocurrido. Mirando en retrospectiva, debí haber tenido más cuidados, que evidentemente no los tuve».

Señor Presidente, el 14 de julio, usted, su querida Fabiola y sus amigos cometieron un delito. Definitivamente no debió haberse hecho, en eso coincidimos, y mirando en retrospectiva TODOS DEBERÍAN HABER CUMPLIDO CON LA LEY ESE DÍA, no lo hicieron y estoy muy tentado a decirles idiotas, pero en ese grupo están usted y la primera dama, ambos merecen respeto por la investidura que ostentan.    

A todo esto, el Presidente llegó, Fabiola estaba en un brindis, en lugar de rajar a todos de la Quinta de Olivos se sacó una foto. Perdón pero yo me pregunto ¿si en lugar de 10 amigos, la primera dama estaba con dos transas y una bandeja de merca, en lugar de correrlos se servía dos rayas y un güisqui? Porque romper la ley sigue siendo romper la ley, sin atenuantes.

Pero, lo grave de todo esto es que el presidente empezó su discurso diciendo “nunca quise esconderme detrás de nadie cuando tenía que dar la cara yo” y en la siguiente frase se escondió detrás de su pareja echándole la culpa de todo lo ocurrido, está bien yo hice 200 reuniones que podría haber hecho por zoom como cualquier hijo de vecino “Ah, pero Macri… perdón digo ah, pero Fabiola…” El Presidente de la Nación, sí nuestra máxima autoridad culpa a su mujer por haber incumplido la ley ¿Hay una actitud más cobarde? Lo que está diciendo es que no puede correr a diez tipos que se metieron a su casa y explicarle a Fabiola lo mal que está eso.

Fabiola no es una pibita, es una mujer formada que hubiese entendido a la perfección el enojo de Alberto Fernández y la expulsión de los 10 invitados de la quinta presidencial. Pero ahora entendemos el porqué de las demoras de las vacunas, porque nos boludeó primero Hugo Sigman y después el Instituto Gamaleya. Si este tipo, no tiene lo que hay que tener para rajar a 10 pelafustanes de su casa, mucho menos lo va a tener para levantar el teléfono y decir “muchachos manden las vacunas que ya les garpamos o se pudre todo”. Bueno, 110 mil muertos en pandemia, son el resultado de la falta de coraje y de las justificaciones idiotas del Poder Ejecutivo.

Pero peor de males, los defensores de Alberto fueron del descreimiento y las acusaciones de fakenews, a la obsecuencia de justificar todo y cargar las culpas sobre la primera dama, como si el Presidente no hubiese estado en la foto, ni en la reunión “¿Cómo se resuelve? Llega el marido a la casa, la mujer organizó un cumpleaños, el marido la lleva a la habitación y le pega dos piñas porque cometió el error.. eso no existe más, ¡por dios!”, dijo Aníbal Fernández. Pero no sólo eso, habló de “espaldas mojadas” para referirse a los inmigrantes ilegales y otras tantas barbaridades que son irreproducibles. Dejá amigo, para defenderme así, prefiero llamar a Macri.

Como de costumbre, Alberto no necesita que nadie lo defienda, ni se esconde detrás de nadie, pero por las dudas manda a Santiaguito “tercera generación de entenados del Estado” Cafiero a recibir las primeras 200 balas. Lo primero que dijo fue “ah, pero Macri”, luego “ah, pero Fabiola”, y acto seguido: «tenemos que dejar en claro esto: el Presidente no jodió a nadie», a ver Santaguito, el Presidente violó la ley, una ley que fundió en 8 meses la misma cantidad de Pymes que Mauricio Macri en 4 años.

Luego el nieto de… dijo: “No tendría que haber pasado, ahora para adelante nosotros podemos poner sobre la mesa todo lo que hicimos por la pandemia.” Bueno Santi, vamos a hacer un resumen de eso, según un informe de la CAME reproducido por I Profesional, durante el 2020 cerraron en todo el país 90.700 locales y 41.200 pymes, lo que generó que unos 185.300 trabajadores quedaran afectados. Además de eso, Argentina es el décimo país en el mundo en cantidad de muertos por millón de habitantes, superando a Chile, Estados Unidos, Suecia y otros tantos países que criticamos en las filminas de Alberto. También somos el décimo país en la cantidad total de muertos en el mundo. Además en el ranking Bloomberg Argentina es el país que peor gestionó la pandemia, por último somos los únicos siomes que vamos a tener que mezclar vacunas porque aplicamos las primeras dosis de una vacuna y no nos piensan mandar la segunda. Gracias Santi, sos un amigo.

Pero además de eso Santiaguito ensayó la defensa de todos, “un error que no debería haber pasado y que estuvo mal”. Santi, error es meter el calzoncillo rojo de Alberto junto con el vestido blanco de Fabiola en el lavarropas, esto no fue un error fue UN DELITO, y le echaron la culpa a la primera dama ¿alguien se va a poner los pantalones reconocer el delito y va a pedir disculpas? Obviamente no, porque la culpa siempre es de otro. Por eso esta noche Sylvestre hará un informe de como Macri le envió visitas al pobre Alberto Fernández a Olivos. Claramente la cobardía es contagiosa y se les pegó a los periodistas que llegaron a decir que la periodista que publicó la foto se acostaba con un miembro de los servicios de inteligencia y por eso filtraron esta imagen, además sugirió hacer público su domicilio.

Pero no se preocupen, en cualquier momento el indignómetro del Ministerio de la Mujer, el Inadi y las asociaciones feministas kirchneristas va a saltar y van a publicar un comunicado conjunto… acusando a Fabiola de ser un agente infiltrado del patriarcado que quiso destronar a Alberto que se autopercibe feministo.

Aministía sin amnistía

Mientras tanto en Jujuy el peronismo convocó a internas. Esto derivó en un escándalo. Perón decía «los peronistas somos como los gatos. Cuando nos oyen gritar creen que nos estamos peleando, pero en realidad nos estamos reproduciendo». Sí, son como los gatos, nos quedó claro cuando vimos a un dirigente revolear bolsos con dólares a un convento. Pero en este caso no se están reproduciendo, sólo se están peleando.

El sector de Cejas y el de Moisés salieron a reclamar una amnistía para los pejotistas que salieron por fuera del partido en las elecciones pasadas y en las anteriores, porque se acuerdan del partido cuando no hay nada en juego, pero cuando hay que repartir bancas cada cual cuida su kiosco y si hay que armar 29 partidos lo hacen.

Esta semana finalmente se confirmó las elecciones partidarias para el 17 de octubre con dos sorpresas. La primera es que los peronistas no se reprodujeron, no hubo amnistía y todo sigue como antes. La segunda es que las internas no se celebrarán en la Quinta Rivarola mientras comen pastas, sino que efectivamente habrá una votación. Mientras tanto sigue la campaña para renovar tres bancas jujeñas en el Congreso nacional, pero eso será motivo de otra columna, cuando Fabiola no deje de arruinar el país.

*Usted puede reproducir, copiar y pegar esta columna, siempre que cite a su autor y al diario donde fue publicada originalmente