Por Florencia Gómez

La semana que pasó nos regaló uno de los momentos -a mí entender- más emblemáticos en materia de inclusión. Fue un verdadero cachetazo de empatía a la derecha conservadora que se espanta con el colectivo LGBTIQ+. Desde el miércoles pasado, todas las personas no binarias podrán obtener su DNI con la nomenclatura X. Pero, como pasa siempre, las conspiraciones sobre esta medida no paran de llegar, así que vamos a hablar sobre alguna de ellas.

El gobierno nacional hizo oficial, tras años de incansable lucha por parte de la colectiva, la llegada del DNI para aquellas personas que no se identifican con el género masculino ni femenino y los odiadores seriales, los paladines de la moral, los de “hay que mantener la figura de la familia” salieron a decir cosas como -atención, es muy fuerte- “ahora se van a cambiar de sexo para jubilarse antes” ¡¿Que?!

El Estado todavía debe terminar algunos detalles, pero esta idea ya fue descartada de cuajo.  Las redes sociales se hicieron un festín sobre esto y los hombres (porque de todos los comentarios que vi, más de 90% eran de varones) decían que los golpeadores, violadores y femicidas iban a utilizar este nuevo derecho para “zafar” de sus “macanas”. Tristemente, hay varones que se autoperciben varones que siguen “zafando” de sus “macanas”, así que esto no es más que una expresión de odio hacia quien se percibe de una manera distinta, hacia alguien que deja que género fluya.

Fuera de todo ese odio hay más de 9 años de lucha, de aguantar la discriminación constante, de perder a muchas personas en el camino, finalmente la colectiva lo logró. Diana Sacayán baila toda diosa celebrando esta medida, su recuerdo perdura en la memoria de todos los que mantienen en alto la bandera que alguna vez ella misma portó y que quedó truncada cuando un hombre (si, varón, cis, heterosexual) la asesinó de una manera brutal en el 2015.

Pero antes de continuar, pongámonos en contexto. ¿Qué es ser una persona no binaria? Para conocer la definición voy a apropiarme del significado que la ONU lo manifestó hace mucho tiempo, en donde describe que un no binario es una persona que se mantiene afuera de lo que nosotros conocemos como masculino y femenino. Es decir, no se reconoce con ninguno, no se siente ni mujer ni varón. También es conocido como el tercer género.

El decreto publicado en el Boletín Oficial también hace referencia a que la RENAPER (Registro Nacional de Personas) deberá adaptar las características y nomenclaturas de los DNI y de los pasaportes que emite, con exclusividad, con el fin de dar cumplimiento a lo establecido en la Ley Nº 26.743, en referencia a la ley de identidad de género aprobada en la Argentina el 24 de mayo de 2012.

El debate que se generó en torno al DNI no binario fue mucho más escandaloso que cuando se sancionó el Matrimonio Igualitario, el que ya cumplió 11 años. Todo lo que se dijo que iba a pasar, como “todos se van a hacer gays para obtener benefcios”, no pasó. Lo mismo ocurrirá con este nuevo paso en materia de inclusión, pero prefieren despotricar en contra de las personas que llevan años esperando esta ley y tratarlos de enfermos que practicar la empatía. Imaginate vivir con una identidad que no te representa, con un género que no es tuyo. Con un nombre que no te pertenece. Feo ¿no?

Ubicándonos un poco más en lo local, es muy necesario destacar y celebrar que Jujuy fue una de la primeras provincias en aceptar este género no binario. Incluso, desde el 2019 se puede hacer la adecuación registral de la partida de nacimiento, que es la que permitirá que la persona no binaria pueda acceder a su nuevo DNI. Desde lo llano, por lo bajo, sin tanta parafernalia, a Jujuy la inclusión llegó hace rato y desde agosto ya se podrá tramitar la nueva identificación. ¡Chapeau!

Cuando el maltrato hacia las identidades disidentes se entrecruzan con cuestiones políticas, estos hechos que debieran generar empatía o no generar nada, pues hablamos de derechos humanos (increíble que todavía celebremos conquistas que nos corresponden por el simple hecho de ser seres humanos) son motivo de ataques desmesurados hacia quienes no pertenecen al binomio. No obstante, la Ley es un hecho, se garantizaron los derechos de todas las personas que necesitaban ser reconocidas como no binarias.


El camino a la inclusión está marcado y Argentina avanza a pasos agigantados. Se convirtió en el primer país latinoamericano en reconocer el derecho a un DNI no binario, sumándose así a potencias como Canadá, Nueva Zelanda, Australia y Alemania. Listo chicos, la inclusión de la colectiva LGBTIQ+ está en marcha,  sus derechos valen tanto como los tuyos, como los míos. Ahora sí, DNI para todas, todos y todxs.