Vacunas, Sputnik V

El estudio de combinación de dosis de vacunas contra el coronavirus ya es una realidad en la Argentina. Para la bioquímica e investigadora del Conicet Daniela Hozbor, «los datos hasta ahora son positivos» en cuanto a la experiencia internacional, pero habrá que esperar algunas semanas para saber cómo impacta en la población de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, distritos que ya encaran sus propios experimentos.

«Buscamos que sea seguro y que la respuesta inmunológica sea al menos igual al esquema del mismo tipo de vacuna», explicó la científica en diálogo con Ahora Dicen. El estudio consistirá en llamar a personas que no hayan tenido la enfermedad y ya hayan recibido la primera dosis hace por lo menos un mes, y se analizará la seguridad de la segunda dosis de vacuna de un laboratorio distinto.

Según detalló Hozbor, los objetivos del ensayo son dos: por un lado «dar la posibilidad de otra herramienta en caso de que el componente dos esté faltante» (como sucede por ahora en el caso de la de origen ruso) y por el otro «hacer estudios en los esquemas inmunológicos» para saber qué combinación es mejor. En el país hasta el momento se aplican las vacunas Astrazenca, Sinopharm y Sputnik V.

Sobre la evidencia científica ya disponible sobre la combinación de vacunas, la investigadora reveló que hay datos de que la combinación de Pfizer y AstraZeneca, que se hizo en España, Alemania e Inglaterra, «es muy buena en términos de seguridad y la respuesta inmunológica es más robusta». En tanto, aclaró que el procedimiento del estudio en la Argentina consistirá en aplicar una segunda dosis de un laboratorio distinto y que «lo que hay que evaluar es la seguridad entre las primeras horas y los primeros días con un seguimiento detallado de la persona».

Ante la aparición de nuevas variantes en el mundo, las estrategias de vacunación fueron cambiando, sobre todo en lo que respecta al tiempo entre la primera y la segunda inmunización. «Con la variante Delta se vio que las vacunas funcionan pero con las dos dosis porque la primera decae un poco», ejemplificó Hozbor, y continuó: «Entonces hay que jugar con espaciar lo más que se pueda pero no tanto». «Argentina, para adelantarse a esta situación, volvió a cambiar el espacio entre dosis previsto y lo acortó», concluyó.