Por Diego Nofal, para Jujuy Diario

Pocas personas en la historia deben sentirse tan estúpidas como se siente en este momento Ignacio Copani. Otrora juglar argentino, en los últimos años se esforzó tanto, aun así fue degradado a ayudante de bufón. Su último hit “Dame la Pfizer”, resuena en los comités de campaña opositores, que se anotaron el triunfo de la semana torciendo el brazo del presidente y obligándole a firmar un DNU que permitiera el arribo de las vacunas del malvado imperio estadounidense, la mayoría de ellas donadas por el monstruo norteamericano.

Qué bueno que nunca terminaron de “recuperar” Papel Prensa, me hubiera encantado ver si podían fabricar un papel más patético que el del gobierno con la gestión de las vacunas. Después de darle vueltas y vueltas al asunto, no hubo caso, la única vacuna que puede aplicarse en niños es Pfizer, había que traerla. Pese a que se rumorea que Vladimir Putin les advirtió a quienes compraban Sputnik V que había una cláusula implícita que prohibía comprar vacunas en Estados Unidos, la vacuna Yankee vendrá a la Argentina.

Mientras tanto, a cuenta gotas, empieza a llegar el segundo componente de la vacuna rusa. Vuelvo a pensar en Copani, pobre hombre, pensar que en los cercanos 90 era un sex simbol del patriarcado nivel “anoto la rubia, descarto la renga”. Ahora se abraza al feminismo kirchnerista que lo interpela y le otorga algunas migajas para poder sobrellevar su bufonesca existencia.

Si analizamos, es casi una metáfora de Alberto Fernández, otrora un pujante jefe de Gabinete que mandaba mujeres a lavar los platos en Twitter o que empujaba a ancianos en restaurantes para deslumbrar a su novia, es hoy una sombra de aquel semental del patriarcado. Camina en punta de pies entre una mujer que lo cachetea en público y un montón de nenes con el currículum virgen que le dan órdenes.

Por otro lado, la música urbana llegó a la política. La Reina Cristina I rebautizó al cantante de electro cumbia L-Gante Keloke, como “elegant”, al menos así le dice ella en su modesto rancho de Juncal y Uruguay, en el carenciado barrio de Recoleta. Dijo que gracias a ella y su plan Contectar Igualdad, que le regaló una computadora a Elegant, este muchacho grabó un tema que hoy tiene 175 millones de reproducciones en Youtube.

Cometió dos errores graves, primero traer a la política un pibe que no pidió estar ahí. A las dos horas contó que en realidad no le habían dado la computadora, sino que la cambió por un celular y que era un bajón que se haya regalado tantas computadoras a gente que no les dio uso. Además reveló el mercado negro de la venta de netbook del gobierno.

El segundo error fue hablar de un tema que desconoce, la canción que tiene 175 millones de reproducciones la grabó junto a un productor del segundo cordón del conurbano, de clase media y que padece las restricciones argentinas a la hora de cobrar el dinero que YouTube le paga en dólares por sus éxitos musicales.

Pero, cuando el Gobierno hace algo para ridiculizarse, Juntos por el Cambio nunca puede quedarse atrás. Como Cristina llamó al escenario político a “Elegant”, las huestes de Mauricio Macri corrieron a sumar un alfil de las mismas características. Allí hizo su aparición El Dipy (¡papá!), un cantante de cumbia que, desde un tiempo a esta parte, mostró un desacuerdo muy importante con el gobierno de Cristina Kirchner y Albertito. Eso le valió el celebérrimo mote de “artista gorila”. Algo sumamente injusto, lo digo por lo de “artista”, el resto de la adjetivación está perfecto.

Mientras tanto en nuestra provincia Caro Moisés se enojó con Albertito. Parece que no le gustó que el vasallo de la reina Cristina I haya recibido, en plena elección, a Gerardo Morales en un acto público. “Hace muchos años a Belgrano y a San Martín no les mandaban los recursos hasta #Jujuy para poder seguir avanzando en la Guerra de la #Independencia porque había que pagar las caras costumbres afrancesadas que se practicaban en Recoleta. Más de 200 años después, sigue pasando… mientras el Emperador @GerardoMorales está en el Palacio escuchando música calentito junto al Presidente @alferdez aquí los indios jujeñ@s peleando con ondas bajo la lluvia”, tuiteó Caro

Está bien, el domingo 27 hizo frío (muchísimo frío) y votar fue una odisea. De hecho transitar las calles del Chuli vale como preparación para el Dakar. Pero de ahí a comparar una elección difícil y calles hechas pelota con la gesta independentista de San Martín y Belgrano, hay un abismo de distancia, casi tan grande como la diferencia que le sacaron los candidatos de Morales a los de Caro Moisés. Pero, además, el reproche sonó a que desde el Gobierno central no habían mandado recursos para enfrentar a Morales en Jujuy, no quiero ser mal pensado, pero a eso sonó.

La semana transcurrió más o menos tranquila. La izquierda fue la única que agitó el tablero político. Cuando se les consultó si estaban de acuerdo con cómo se desarrolló el acto eleccionario contestaron: “Ni sí, ni no, sino todo lo contrario”. Por las dudas hicieron una manifestación exigiendo abrir apenas 600 urnas, es decir ¡un 25% de todas las que se usaron en la provincia! La respuesta más acertada la dio el apoderado del Frente Cambia Jujuy, Leandro Giubergia, cuando contó que una de las urnas que se abrió, a pedido del Frente de Izquierda, en lugar de tener 33 votos como decía el telegrama, en realidad sólo tenía 3 a favor de la gente de Gastón Remy.

Aún quedan dos elecciones más, las PASO de septiembre y las generales de noviembre. Lo que retrasará una discusión que ya empezó a darse, al menos en los cafetines que rodean al plaza Belgrano: quién será el sucesor de Gerardo Morales y en caso de que el Chuli Jorge se anote en esa pelea, quién será el sucesor del intendente. Los nombres ya empiezan a dar vueltas, no hay olor a pólvora en el ambiente, por lo que se prevé que será una lucha diplomática, la pregunta es ¿hasta cuándo durará la diplomacia?