Se llama Néstor Armando Sanabia pero casi nadie sabe eso, todos lo conocen por Chucho. Un tipo simple y bonachón. Parido en política por la militancia universitaria. Un trabajador incansable, autor de numerosos proyectos importantes para la provincia. Está casado y conoció a Silvina, su mujer, en la universidad. Él militaba, ella odiaba la política, pero encontraron coincidencias de las cuales nació el amor, una hija y un hijo.
Pero para entender los porqués de este Chucho del presente, hay que remontarse a su infancia y adolescencia. Jamás habla públicamente de este tema, por eso pocos saben que sus viejos murieron y se crió con su abuela Elvira. Una mujer recta y de valores inclaudicables que tenía la certeza que su nieto con su rigidez y la educación pública llegaría lejos.
Doña Elvira y los tíos de Néstor, en particular su tía Yola, lo fueron moldeando en la humildad y el esfuerzo. Tanto es así, que pasó de ser un chico retraído que se sentaba en los últimos bancos de la ENET 1 a ser el hombre simpático que muestra su vida en Twitter sin temor a las críticas.
Ya que hablamos de sus años de secundaria es necesario contar que estuvo a punto de dejar el colegio en cuarto o quinto año. Su abuela lo miró fijo y le dijo que él tenía que terminar el secundario y que luego podría hacer lo que quería. Así lo hizo, se recibió de técnico electromecánico, aunque reconoce no haber sido muy hábil en las materias prácticas de taller.
Cuando salió del colegio se inscribió en la carrera de comunicación social, donde obtuvo la tecnicatura, pero ese solo el resumen. Allí es donde nació su amor por la militancia. Junto a unos amigos que se autodenominaban “La Banda” empezaron juntos a meterse en la política universitaria. “Empezó como una cuestión de amistad y después me gustó”, cuenta el diputado que llegó a ser presidente del Centro de Estudiantes.
Mientras transcurría la facultad, el dinero no sobraba en casa de Chucho, por lo que empezó a editar una revista de comics, fotocopiada al estilo fanzine. Además embolsaba mercadería en El Comodín y los fines de semana vendía madera. Así llegó a ser el hombre que hoy todos conocemos.
En la Cámara de Diputados, presentó proyectos como el de tolerancia cero al alcohol en los conductores, tenencia responsable de animales, el boleto estudiantil, que finalmente salió por decisión del Poder Ejecutivo. “Aprendí mucho de Gerardo y el Chuli, ellos me guiaron mucho. Gerardo me sorprendió es un tipo muy dado, del que podés hablar muchos temas, pero la gente no lo conoce tanto como yo y por ahí tiene otra imagen”, confiesa el actual diputado.
También cuenta que tanto él como el resto de las personas que integran la lista quieren llevar este año a la Cámara de Diputados, diálogo y consenso como una base fundamental para las nuevas políticas que se van a desarrollar en los próximos años en la provincia. También destaca que es importante obtener una victoria que le permita al oficialismo llevar la mayor cantidad de diputados y concejales.
Para terminar, Chucho enfrentó la pregunta más complicada ¿Puede Gerardo Morales ser Presidente? La respuesta fue en contundente sí. Además recordó que en el 2015 nadie creía que después de tantos años de hegemonía peronista un radical ocupara el cargo de Gobernador y Morales no sólo fue gobernador sino que ejecutó proyectos muy complicados como Cauchari, Cannava, entre otros, que cambiaron radicalmente a la provincia.