Por Diego Nofal
Vuelvo a mojar la pluma después de una semana de ausencia obligada. Estoy anonadado por las cosas que pueden ocurrir en este país en una semana. A mis largos cuarenta y pico debería estar acostumbrado, pero es imposible habituarse a las imbecilidades a las que nos someten algunos de nuestros dirigentes, tanto locales como nacionales. Es que a una idiotez, la tapan con otra aún mayor y parecen nunca agotarse.
Parece que fue hace un año, pero sólo han pasado 11 días desde que Alberto dijo: “Escribió alguna vez Octavio Paz que los mexicanos salieron de los indios, los brasileros salieron de la selva pero nosotros los argentinos llegamos de los barcos, y eran barcos que venían de Europa”. Después de esta frase me asustó el golpeteo que venía desde el suelo. No era un temblor, eran mi abuelo y bisabuelo sirios cabeceando el cajón para salir a educar a este muchacho. Junto a él querían asomarse los millones de habitantes originarios de este suelo. Mi bisabuelo hablaba mejor el quechua que el castellano. Así que sabrá disculparme señor Presidente, pero muchos europeos no había acá en el norte.
Sus disculpas fueron peor que la ofensa. “A nadie quise ofender, de todas formas, quien se haya sentido ofendido o invisibilizado, desde ya mis disculpas”. O sea, no es que yo los ofendí, ustedes se sintieron ofendidos. Siempre la culpa es del otro. Tal vez el Presidente, un hombre de letras y leyes no leyó la Bula Sublimis Deus, donde el papa Pablo III aclara que los originarios son personas (como si hiciera falta la aclaración), pero bueno la publicaron hace apenas 484 años no seamos ansiosos, ya la va a leer.
Cuando parecía que nada podía ser peor que esto, vino la frutilla que decoró el postre. El magnánimo y europeizado Presidente, terminó una conferencia de prensa diciendo “Por favor, vayan y contagiensé”. No, no lo estoy inventando, aquí abajo les dejo el videíto. Lo que quiso decir fue vayan y vacunensé, pero no lo dijo. Hay algún motivo para que este furcio se haga tan evidente en una conferencia de prensa donde habla de la pandemia más mortal de los últimos dos siglos, pues sí.
No dudo que Alberto Fernández quiere, igual que todos, que este padecimiento se termine. Pero, en el rigor de la verdad, políticamente necesita esta pandemia. Los primeros meses de aislamiento fueron los mejores de su carrera política, tanto su imagen positiva como la del Gobernador de Buenos Aires eran altísimas. Hoy ya no es así, según las últimas encuestas, en PBA, bastión histórico del peronismo, por encima de Cristina Fernández, Alberto y Axel Kicillof, están Macri, Vidal, Larreta, Santilli, Lousteau y “Pin pon es un muñeco/muy guapo y de cartón/ que si va al conurbano/ gana por un montón” (sé que lo leíste cantando).
La seguidilla de declaraciones fallidas de Alberto Fernández, pusieron celoso a Macri. El expresidente era otrora el rey de los memes en las redes y fue desplazado. Esto no podía quedar así, por lo que salió a decir que el COVID-19 era “una gripe un poco más fuerte”. Con 88 mil muertos en pandemia ¿se puede ser tan poco empático? “sí-se-puede-sí-se-puede” (hoy estoy a full con la columna cantada). Parece mentira, pero lo dijo.
Pese a eso las encuestas son categóricas y el macrismo en Buenos Aires en lugar de aprovechar esa ventaja decidió quemar las naves… con ellos encima. Se pelean por cargos por los que aún ni empezaron a competir. Para tirarle alguito de combustible al fuego, Gerardo Morales se puso la 10, pero la de Diego Latorre y dijo, palabras más, palabras menos, que el PRO es un cabaret. Ah, no saben como le dolió al trolleo macrista. Los chicos M en las redes salieron a decir que el jujeño desgasta la figura de los “presidenciables” y le hace el juego a Cristina y Alberto. No chicos, ustedes ni siquiera ganaron una interna, apenas se acomodaron en las encuestas y ya se están probando la ropa que van a dejar los que aún no murieron. Pero, por si no se acuerdan, vienen de comerse una paliza hace dos años, Morales viene de ganar, así que puede decir lo que quiera, por lo menos hasta el 27 de junio.
Regalando tesoros jujeños a los reyes europeos
Pero mientras a nivel nacional la cosa hierve, en la provincia también pasan cosas, muchas cosas. Carolina Moisés, sí, la representante de Jujuy ante la Nación, quiere llevar una ofrenda a la reina Cristina y su europeo príncipe consorte, Alberto. Les ofreció nada menos que el litio, el recurso jujeño que podría convertir a la provincia en uno de los lugares más importantes de la tierra. ¿Por qué lo hace? La respuesta es simple, el Gobierno nacional se quedó sin recursos para seguir manteniendo a Kicillof, el vasallo más mimado, y ahora necesita los nuestros. Para esto si somos argentinos, aunque no hayamos venido en un barco.
Según la diputada, si regalamos nuestro recurso más preciado podremos desarrollar una “política de Estado que defina estratégicamente: que evalúe los mercados, analice las proyecciones económicas, pueda estudiar los derivados y el desarrollo de investigaciones científicas para ver el impacto medioambiental y el uso del agua”. Según Carolina Moisés eso no podemos hacerlo acá en Jujuy, porque no somos europeos. Otra vez, lectura recomendada, Bula Sublimis Deus, sé que es un libro nuevo de apenas medio milenio, pero hay un PDF en internet.
Lo que le pasa a Carolina Moisés es simple, quiere desfinanciar a Jujuy. Quiere que las escuelas que podrían hacerse acá se hagan en Buenos Aires, más cerca del lugar donde ella pasa gran parte del tiempo. Las encuestas en Jujuy le dan una derrota categórica a sus candidatos. Hoy es casi un cadáver político intentando arrastrarnos a todos a su tumba.
En la capital se espera un triunfo abrumador. De hecho el oficialismo confía en que Mario Lobo, el ídolo de Gimnasia pueda dar el batacazo y quedarse con un escaño, eso que a algunas de las calles del Chuli Jorge les falta un pozo para recibirse de zona petrolera. Pero la gente valoró la gestión del intendente y los concejales del radicalismo.
En el interior, los tantos se acomodarían más o menos, de la misma manera. Los periodistas porteños ya reservaron sus lugares en el bunker oficialista, quieren escuchar el discurso de Gerardo Morales, buscan llevar más combustible para ver como arde la hoguera de Juntos por el Cambio. El jujeño, agazapado, tiene la fe de los que corren de atrás, haciendo poco ruido quiere pegar el grito, dentro de un año: “aquí estoy y no vine de Europa”.